InicioAnálisisLa Avaricia Plasmada En...

La Avaricia Plasmada En El Cuento (El Centavo De Manuel Del Cabral)

Por: Ramón Emilio Peralta


Cuando se menciona a Manuel del Cabral se habla de uno de los grandes autores de la literatura dominicana, siendo este aclamado no solamente en el país, sino también en el extranjero, porque sus obras tienen un carácter universal. Su carrera diplomática fue un punto importante en su obra poética, ya que su paso por América Latina y Europa le permitió tener contacto con grandes voces poéticas de la época (europeas y latinoamericanas) más importantes. Es uno de los escritores más importantes de la poesía negroide latinoamericana, junto a otros escritores, como: Nicolás Guillén, Max Jiménez, José Juan Tablada, Andrés Eloy Blanco, Miguel Cané, entre otros. Cabe destacar que es de uno los poetas dominicanos que ha tenido mayor difusión en el extranjero. Pero su destreza no lo fue solamente en la poesía, sino también en la narrativa, siendo este género el que quiero tocar en este humilde artículo, ya que hablaré del cuento El centavo.

Este cuento habla de un hombre avaro llamado Sequía. Un día, este Señor, cobra un centavo a uno de sus inquilinos. Dicho centavo lo guarda y lo vigila diariamente, como si fuese su tesoro más preciado. Sucede que una mañana, Sequía se levanta sorprendido, ya que la moneda tenía el doble de su tamaño. Tiempo después el centavo no cabía ni en su mano, ni en su caja de hierros. Ya en ese punto, Sequía veía el centavo como una mina de oro, por lo que no quiere decirle a nadie. Pero el centavo  amenaza con destruir su hogar al expandirse cada día más. El centavo se hincha a un más, destruye la casa y cubre el pueblo con su metálico cuerpo. Nada logra frenar su crecimiento, ni las dinamitas ni los picapedreros, pues cuando se le quita un pedazo, vuelve a crecer. La gente y las bestias huyen a las montañas, pero el crecimiento del centavo es inevitable, por lo que termina cubriendo al mundo. La vegetación y el agua desaparecen. 

El cuento termina diciendo que la gente que ha sobrevivido y que se encuentra en la tierra alta puede ver a Sequía andando sobre la moneda y con las lágrimas que caían de la gente que estaban en las montañas, Sequía, el avaro, se quitaba la sed…

En este cuento vemos la avaricia plasmada en una moneda, cuyo dueño protege como a un tesoro único. En una parte dice: “El usurero era frío. Su silencio era cruel. Su casa solo tenía un ruido: el oro de Sequía”. Era lo único importante dentro del hogar del avaro. (Un hogar frío como él) Ni risa, ni palabra, solo un mísero centavo. Luego agrega: “Y una muda biografía: aquel centavo”.

Más adelante, cuando Sequía se entera del crecimiento de su valioso centavo, vemos que Manuel del Cabral vuelve a enfatizar la avaricia del personaje. 

Dice: “Pero, ¿a quién comunicarle un hecho tan útil, tan valioso? Su dueño pensaba que aquello podría ser su gran mina de oro”.

Otra metáfora: “La calle hecha ojos, rodea al avaro; rodea su casa”. Manuel del Cabral utiliza la metáfora de “la calle hecha ojos” para simbolizar el asombro de la gente que con desconcierto, observa el desconcertante hecho del crecimiento de un centavo. Nombra a la gente como una calle, no como personas. Podríamos decir también que no habla de gente, sino de la calle y el lugar con ojos propios, por lo que indica un cuento fantástico.

Más adelante dice: “Por momentos, da la sensación de que aquella fuerza sin límites es un instinto, un impulso premeditado y dirigido, porque el centavo es un huracán de hierro sin piedad…”. Podríamos decir que un huracán de avaricia, dirigido por el avaro corazón de Sequía.

Al final vemos a Sequía en su gran montura metálica, pues anda encima del centavo. Entonces Manuel del Cabral cierra diciendo: “Y con las lágrimas que caían de la gente que estaba en las montañas, Sequía, el avaro, se quitaba la sed”. En esta parte vemos que el personaje se nutre de lágrimas (y quizás del sufrimiento) de la gente, al ser él el único con una “pertenencia”, un tesoro. Cuyo tesoro es lo único que le importa. Su nombre, de hecho, lo dice: Sequía. Seco de amor a los demás, de empatía, de cariño. Todo lo que abarca el corazón del avaro, no es más que avaricia, ambición, el deseo de riqueza por encima de todo.

Este magnífico cuento de Manuel del Cabral es una historia fantástica que retrata con mucha astucia la avaricia. Un cuento bien logrado y bien estructurado por el excelente escritor. Este relato deja mucho que pensar. ¿Cuántas veces hemos sido avaros y hemos puesto por encima de todo una mísera moneda?

Suscribete

Articulos recientes

El artista: Un ser intencionado

Hasta los más supersticiosos tienen la certeza de que si sus...

Lectura recomendada: El amante de Lady Chatterley (D.H. Lawrence)

¡Es inútil! ¡Es inútil intentar liberarse de la propia soledad! Hay...

Masculinidad y Belleza I: acción versus teoría

Estimados lectores: La belleza masculina se mide en su capacidad de acción...

Recomendación literaria: “El caso Valdemar”

“No pretenderé, naturalmente, opinar que no exista motivo alguno para asombrarse...

Continua Leyendo

Ensayo sobre “Lazarillo de Tormes”

Por Leslie Ramírez El Lazarillo de Tormes es una novela picaresca publicada en el año 1554 que cuenta los infortunios del jovencito Lázaro de Tormes a lo largo de su vida laboral. No me sorprende que la autoría de esta obra sea anónima, ya que se trata de una tremenda y osada...

Los relatos malditos de Roa Ogando: Una crítica social simbólica

En Cuentos del sinsentido no son las historias las que no tienen sentido, sino lo que sucede en ellas, es la ironía y las contradicciones que se plasman allí, los cambios drásticos, las incoherencias de pensamiento y carácter.

La melancolía: Su presencia en Las penas del Joven Werther, La muerte en Venecia y Oscuridad, de L. Byron

Por: Lynn Marcelle Félix Valdez Con el surgimiento del romanticismo se da inicio a un nuevo movimiento cultural que no solo impacta en los esquemas morales y políticos que se tenían establecidos a finales del siglo XVIII, sino que también impacta de manera radical en las artes y...

¿Cuáles poetas universales y de alto grado estético leen los jóvenes poetas Instagramers de hoy?

Por: Manuel Bidó Mateo Por lo que se observa en su poesía, es evidente que no leen a Cavafis, a Eugenio Montale, a Ted Hugues, a Emily Dickinson, a Octavio Paz. En estos jóvenes poetas abunda el lugar común, la estrella de sus creaciones; y sobre todo las historias...

Las infernales garras del Trastorno obsesivo compulsivo

Por: Ramón Emilio Peralta Hola, queridos lectores, en esta ocasión les hablaré de un trastorno muy común a nivel mundial y que afecta a millones de personas. Quiero aclarar que no soy psicólogo, sin embargo, no solo he indagado sobre el tema para hablar de él lo más...

Catecismo para adultos: ¡Ó, para perros!

«En la vida o en la catequesis para perros uno aprende mucho. He conocido mucha gente que cree en Dios y les da tres pitos la religión, y muchas otras que no creen en nada, y, también le da tres pitos, sin embargo la tratan algo más seriamente. Y ambos tipos, tienen algo en común».

El amor que arde

«Hace pocos años hice un descubrimiento de una bella canción cantada en la lengua de los Yankees, por Alec Benjamin, quien también es un Yankee»

3 Referencias A Escritores En Canciones De Canserbero

«Muchas veces hemos escuchado alguna canción en donde el artista hace alusión a otro tema de algún cantante en alguna línea en específico».

Pretérito imperfecto de cortesía

«¿Sabes qué es el pretérito imperfecto de cortesía? Lo de pretérito, porque se trata de lo acaecido, lo sucedido, lo remoto, lo pasado; y lo de imperfecto, porque indica una acción pasada que sucede aún, o, dicho de otra manera, los límites permanecen irrelevantes. Sabemos eso, pero, ¿de cortesía? ¿Qué cosa es eso? »

¿Es República Dominicana (En Verdad) Racista Con Los Ciudadanos Haitianos?

«Para nadie es un secreto que la comunidad internacional siempre ha acusado a República Dominicana de ser un país racista con los ciudadanos HAITIANOS».