Por: Gerson Adrián Cordero


Resulta casi milagroso ver el gran éxito de público que tienen las publicaciones LITERARIAS en República Dominicana. Publicaciones como: novelas, libros de cuentos y poemarios, solo para tomar estos de ejemplos ya que son los más comunes. Se preguntarán el porqué de este comentario. La respuesta sería, darnos cuenta de la cantidad de libros que todos los años se publican en el país y también en el extranjero por escritores dominicanos y de los comentarios positivos que arrastran. Repito: (Comentarios positivos, no negativos, porque me resulta extraño ver que nadie dice nada negativo o para el desarrollo del autor). Puedo decir que hasta el día de hoy, como lector y promotor cultural, no he visto que cuando se publica un libro, alguien después de haberlo leído, salga a decir que el libro es malo o que le faltó más desarrollo. Siempre los comentarios son, que el libro es una gran obra y un sin números de bla, bla, bla y compadreo que lo único que hacen es inflar al autor y hacerle creer que es Pablo Neruda, Julio Cortázar o Gabriel García Márquez. Uno ve personas comentando y compartiendo dicho libro, con comentarios, que en muchos casos, tienen más valor que el contenido del libro.

Aplaudo cuando en verdad un escritor dominicano escribe un excelente libro. Eso es un gran avance para nuestra literatura. ¡Pero por Dios…! Si el libro no es tan bueno, o simplemente no es bueno, aunque sea su amigo, (o aunque usted le tumbe el polvo), dígale la verdad a esa persona para que un día, pueda escribir un libro que valga la pena. Siempre he dicho que lo que más daño le está haciendo a nuestra literatura es el compadreo. 

Aquí, la mayoría de escritores, tienen una mala costumbre de que si usted le dice que su libro es malo o mereció más trabajo, simplemente lo aleja de su círculo y hasta lo bloquea de todas partes, porque no puede creer que usted le diga eso.  Hay que ser sincero, para el bien de esa persona. Aunque se le desinflame el ego. 

Nota: se publican muchos libros al año en República Dominicana y cada uno de ellos, reciben alabanzas. No es posible que de 10 libros, por ejemplo, que se publiquen, los 10 sean obras maestras. Soy de los que piensan que en una década puede aparecer 2, quizás, 3 libros de gran importancia y muchas veces ninguno, entonces no puede ser posible que en este país todo lo que se publica sea bueno. Vamos a dejarnos de hablar tanto disparates y de que si soy autor de uno de estos libros, creerme toda la mierda que me dicen. Eso lo único que ayuda es a seguir escribiendo malo.

Mi primera novela, Crónicas y evocaciones de una tiraría, fue un disparate. Y no por el tema que trata, sino, porque le faltó madurez, desarrollo, belleza; cuando la escribí era un joven que pensó que había escrito Cien años de soledad y esto no solo me ocurre a mí, en nuestros inicios uno piensa que todos los disparates que uno escribe es bueno y no es así. Luego publiqué Miserias y más o menos se puede valorar, pero aún así merece más trabajo. Finalmente publiqué Lágrimas distantes, a la que llamé una novela experimental, que tal vez solo me guste a mí. En fin, lo que quiero decir es que uno como escritor o aprendiz de serlo, debe ser consciente cuando un libro en verdad es bueno y no sentirse mal cuando alguien que tenga conocimientos le dice a usted que su libro mereció más dedicación. 

Ahora mismo, los jóvenes escritores que están subiendo, muchos quizás publican por impulso, hay que tener cuidado con eso, es un error. Uno se va dando cuenta de los errores a medidas que va adquiriendo más destreza, más madurez, pero para llegar ahí, también debemos ser humildes y dejarse guiar por aquellas personas que tienen más conocimientos que uno.  

Nota: A la hora de criticar un libro, hágalo de manera profesional tomando en cuenta, no solo el contenido, sino la estructura general. Siempre habrán personas que critican en base a su preferencia y no debe de ser así. 

En fin, lo que finalmente quiero que se comprenda es que a la hora de uno leer un libro, no importa de quien sea, diga en verdad lo que usted considera de él y dejemos a un lado, que lo escribió mi amigo, mi jefe, etcéteras. Pero critique dicho libro con objetividad. Porque no es cuestión de gustos; ejercer el oficio de crítico es algo más de que un libro me pueda gustar o no.

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