Por: Ryan Bladimir Santos
Es mucho lo que han recitado grandes pensadores, filósofos y psicólogos sobre este sorprendente enigma interior. Si me correspondiera dar a conocer las fuentes más fiables para esta investigación, diría que me serví de mi propio sueño. Según mis percepciones cerebrales (termino utilizado por el argentino José Ingenieros en “El hombre Mediocre”) los sueños, además de ser pequeñas réplicas de nuestro diario vivir; son efímeras vidas dentro de nuestra vida, en este caso dentro del sub y preconsciente (este último mediador complementario de la gráfica del iceberg, utilizado por Sigmund Freud para explicar nuestro funcionamiento neuronal). Cuando empezamos a soñar, abandonamos esa realidad en la que convivíamos hacía un corto lapso de tiempo; para ser guiado por nuestro cerebro a esa otra realidad. Entonces, ¿podemos afirmar que en vez de nosotros vivir una sola vida, gracias a los sueños vivimos dos vidas? Metafóricamente hablando sí…, un buen durmiente sujetaría mi teoría. No sería de más mencionar que, al momento de adentrarnos al mundo de nuestros sueños; experimentamos las mismas sensaciones que se viven al leer atentamente un libro muy entretenido en donde nos adentramos a la historia y vivimos, desde la perspectiva de un personaje, episodios de la determinada obra. La única diferencia radica en que la obra literaria fue escrita por uno o más autores, en cambio, en los sueños nosotros somos el autor y un personaje que se ve atrapado en algún acontecimiento o situación. A continuación algunos ejemplos:
¿Alguna vez, mayormente cuando somos niños; no hemos soñado con algún río, playa…, u orinando en un determinado lugar terrestre y nos despertamos orinados? ¿No hemos soñado con que nos lanzamos de un puente, edificio o avión y nos despertamos palidesientes? O, casos más comunes, no hemos soñado alguna vez quenos ahogamos y, al despertarnos, sentimos un nudo en la garganta…? Cuando estamos viviendo en el sueño, no sabemos las consecuencias que nos producirá en la realidad fuera del sueño, pero sí sabemos que las mismas sensaciones y sentimientos que experimentamos en el sueño lo sentimos en vida real.
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