Por: Edwin J. Peña
Es cierto que las obras escritas de Platón nos han llegado mayoritariamente en forma de diálogos, ante esto uno podría preguntarse ¿Por qué? ¿Por qué Platón escribía sus obras en forma de diálogos? Esta forma no es arbitraria, mas bien responde a los orígenes socráticos de la filosofía de Platón, quien intenta plasmar en sus escritos el método mismo de Sócrates, que tanto lo cautivó y lo llevó a cambiar sus aspiraciones por la filosofía, en ese sentido, Platón escribe para mostrar antes que nada como era Sócrates y como este hacía filosofía. Es curioso que Platón nunca habla en sus diálogos, nunca aparece como personaje, es su maestro Sócrates quien protagoniza la mayor parte de sus obras, por no decir todos, es más, en todos los escritos que nos han llegado de Platón, solo se menciona a sí mismo dos veces, la primera en la apología de Sócrates, para decir que estaba entre el público presente durante el juicio de Sócrates y la segunda es en el Fedón, dialogo que aborda la última conversación de Sócrates con sus discípulos poco antes de morir envenenado por la cicuta, aquí Platón dice no haber estado entre los presentes porque estaba enfermo. Bueno lo curioso es que Jenofonte estuvo presente, quien fuere uno de mis historiadores clásicos favoritos. Lo interesante de Platón es que, mantuvo este método de escritura durante los 50 años que estuvo activo en la filosofía, desarrollándolo, perfeccionándolo y profundizandose en él.
Los diálogos de Platón pueden dividirse en varias etapas según la evolución del pensamiento platónico, por ejemplo: si aparece o no la teoría de las ideas, y en que grado de desarrollo y madurez nos la encontramos, algo que hay que tener en cuenta cuando estamos leyendo los diálogos de Platón, es que Sócrates es el portavoz del pensamiento platónico, es probable que muchos de esos diálogos sean propios de Platón, usando a Sócrates como elemento literario para expresarlos. Muchos de estos diálogos están escritos con la intención de hacernos pensar, es por eso que a veces vemos algún argumento trampa en el dialogo o alguno sin conclusión o solución. La importancia del dialogo de Platón es su aproximación a la oratoria, es decir, que el dialogo es lo mas oral que se puede hacer con la escritura, de hecho no podemos olvidar que Platón critica varias veces a la escritura y la considera inferior a la oratoria, para Platón la escritura es lo menos socrático que existe, eso debido a que no se le puede hacer preguntas a un texto, no se pueden medir aclaraciones, la escritura representaría un saber meramente aparente, una erudición exterior que esta fuera de nosotros, en los libros, y que no tendrían nada que ver con la sabiduría real, que es siempre interior, hay que tener en cuenta que Sócrates consideraba que la sabiduría se encontraba en uno mismo y no en los escritos, esa fue una de las principales razones por la que no escribió nada, aunque suena un poco irónico por parte de Platón el criticar la escritura, por medio de un escrito, sin embargo, recordemos que el dialogo es la forma mas oral de la escritura, un intento escrito de superar los propios limites de la escritura.
En todos los diálogos platónicos, creo que podríamos distinguir dos mensajes: uno es lo que se dice en el texto, las diferentes ideas que se defiende o los argumentos que se utilizan, el segundo mensaje en este caso esta ligado a la decisión, al estilo y al género, en este caso no lo que se dice, sino lo que se muestra o se representa. A través del dialogo Platón nos muestra como ve él la filosofía, para él la filosofía depende de dos personas, las dos que forman el dialogo, uno que emite el conocimiento y otro que lo recibe a través de preguntas, dudas o respuestas, entre los dos construyen un discurso sobre la realidad que los rodea. En el dialogo entonces y para concluir, Platón nos propone una forma de filosofía, nos quiere enseñar a hacer filosofía, dándonos un modelo socrático de cómo hacerlo a través del dialogo. Para él la filosofía es un proceso de investigación que trabaja en conjunto o asistido por la otra persona, un camino que se recorre acompañado.