Por: Edwin J. Peña


Nuestro insigne historiador, José Gabriel García, considera a Duarte como el ideólogo de la cruz blanca que separaba los colores azul y rojo de la bandera haitiana. Pues sí, la primera bandera nacional era en realidad, la bandera haitiana con una cruz blanca en el centro. Ahora bien, ¿Por qué la cruz blanca?

En sus apuntes, la hermana predilecta de nuestro patricio escribe lo siguiente: “Corría el mes de julio; él [Duarte] sabía que ese día en su patria se celebraba el triunfo de la Santa Cruz, recordó que bajo su égida venció Constantino el Grande al tirano Majencio, y se creyó ser él también vencedor, emprendiendo sus trabajos bajo la protección del signo de nuestra redención. El 16 de julio de 1838 —día del triunfo de la Santa Cruz— se pronunció con varios patriotas, dominicano independiente”.

José Gabriel García opinaba que, lo que, para los haitianos, quienes consideraban el color blanco como principio de discordia, debía ser para los dominicanos un símbolo de paz, armonía y unidad. Pues con el sencillo lenguaje de la verdad, libre de palabras rebuscadas, que es propio de la musa de la historia, expuso el historiador nacional en varios párrafos, el origen de la bandera haitiana: “La insignia nacional adoptada por el pueblo haitiano al constituirse en estado libre e independiente había sido formada por Dessalines, en un momento de exaltación patriótica, arrancando de la bandera francesa el color blanco, al cual atribuía todas las desgracias de Haití”.

En opinión de García, Duarte y sus continuadores regresan el color blanco a su insignia nacional, con el propósito de erradicar la política exclusivista haitiana y crear un estado moderno que respetara la diversidad étnica de sus ciudadanos, por eso invitaba a todas las personas, sin importar el color de piel, a participar juntos de la ciudadanía. Este proyecto vanguardista de crear una nación multiétnica, aparecía sintetizado en uno de sus poemas, donde decía:

Los blancos, morenos,
cobrizos, cruzados,
marchando serenos,
unidos y osados,
la patria salvemos,
de viles tiranos
y al mundo mostremos
que somos hermanos.

Durante el siglo XVIII, Santo Domingo tenía un batallón de morenos libres, es decir, un pequeño ejercito compuesto por hombres negros, cosa continuó incluso hasta después de la independencia, esta vez, bajo el mando de José Joaquín Puello. Duarte quería terminar con esto, creía pues, que el ejército dominicano debía ser mixto, porque naturalmente así somos. En 1894, ante el Congreso Nacional, el historiador José Gabriel García expuso las siguientes palabras, a propósito de la Cruz blanca y la unidad étnica: “El principio Nacional de la fusión de las razas, que será la salvación de la América tropical, dotándola con una población apropiada a sus necesidades, encontró en Duarte un intérprete fiel, cuando ideó el pabellón dominicano. Dessalines no quería que el elemento blanco entrase en la composición de la constitución haitiana. Duarte lo hizo en la constitución de la dominicana, como elemento civilizador, y lazo de unión respecto de los pueblos hispanoamericanos y de los demás civilizados del globo”.

Rosa Duarte, en uno de sus apuntes, nos hace saber que Duarte combatió y desaprobó “la aristocracia de sangre como contraria a la unidad de la raza, que es uno de los grandes principios fundamentales de nuestra asociación política”, aparentemente los gobiernos conservadores seguían promoviendo desde el Estado prejuicios y estigmas raciales. Por eso Duarte se propuso en Venezuela crear una constitución para hacérsela llegar al gobierno dominicano, pero que, en un arranque de ira e indignación, la rompió.

Sabemos que Duarte no estaba contento con el gobierno conservador y la forma en la que estaba tratando ese asunto, pues el mismo Pedro Santana acusa a Duarte de agitar a la población con ese tema, pues en su primer discurso, para su toma de poder en 1844, Santana se expresa sobre Duarte de la siguiente forma: “propaga por esos pueblos el favorito sistema de la venta del país y del restablecimiento de la esclavitud”. El tema racial era algo que a Duarte le preocupaba bastante, de modo que, sabiendo él, que los conservadores trataban de anexar el país a cualquier potencia imperialista y esclavista como Francia y España, no dudaba en el restablecimiento de la esclavitud por parte de estas potencias. Santana para sofocar el discurso duartiano del restablecimiento de la esclavitud que tanto estaba afectando su popularidad política, accede como primera disposición de su gobierno a declarar que la esclavitud había desaparecido del territorio dominicano. El 17 de julio de ese mismo año, fue ratificada por un decreto del presidente Santana que castigaba el tráfico de esclavo con la pena de muerte.


Libros consultados:

1- Leónidas García Lluberes: Critica Histórica.

2- Juan Daniel Balcácer: Pensamiento y acción de los padres de la patria.

3- Julio Manuel Rodríguez Grullón: Duarte 25.

4- Carlos Federico Pérez y Pérez: El pensamiento y la acción en la vida de Juan Pablo Duarte.

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