Por: Edwin J. Peña
Santo Domingo fue la tercera ciudad del continente americano en hacerse con una imprenta, justo después de México (1535) y Lima (1583). El testimonio más antiguo sobre una imprenta en la ciudad de Santo Domingo, procede del martiniqueño Moreau de Saint Méry quien, en su Descripción topográfica y política de la parte española de la isla de Santo Domingo, afirma haber visto una.
El impresor y editor estadounidense Isaiah Thomas en su libro "The History of the printing in America, with a biography of printers", cree que la imprenta vista por Moreau Saint Méry en Santo Domingo, estaba entre el Palacio del Gobernador General de la Isla y la Catedral. Saint Méry no se limita a mencionar la imprenta (el cual hace en dos ocasiones), sino que, además, precisa las reglamentaciones existentes con respecto a las obras que se imprimían allí. Pedro Henríquez Ureña en La cultura y las letras coloniales en Santo Domingo, indica que en aquella imprenta vista por Saint Méry: “debieron de imprimirse, entre otras cosas, la Oración fúnebre sobre Colón, del arzobispo Portillo, en 1795”.
La única prueba documental de la existencia de una imprenta en Santo Domingo en 1783, es la que ofrece el propio Saint Méry en su libro, sin embargo, debido a que no se conocen impresos de ese taller, hay quienes cuestionan su existencia, como es el caso del francés Pedron, quien, en su Memoria descriptiva de la parte española de Santo Domingo, lo cuestiona, dice: “[En Santo Domingo] no hay ni sala de imprenta como lo dice Moreau de St. Méry. Solo desde el comienzo del año VII (1799) fue cuando se estableció una imprenta francesa, de poca importancia, en la casa del Comisario del Gobierno francés”. En otras palabras, no hubo –según Pedron– imprenta en Santo Domingo, sino hasta finales del siglo XVIII. Es muy probable que esa imprenta vista por Saint Méry en 1783, haya sido trasladada a Cuba en 1795 cuando los españoles abandonaron la isla mediante la entrada en vigencia del tratado de Basilea, en la que España le cedía su parte de la isla a Francia.
El testimonio de Moreau de Saint Méry no debe ser puesto en duda, hubo imprenta en Santo Domingo antes de 1799, puesto que en 1754 se aprobó la impresión de los Estatutos de la Regia y pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino, de los cuales quedaban ciento cinco ejemplares para 1782 y cuatro ejemplares en 1800; para 1801, se volvería a imprimir una segunda edición. No sabemos con exactitud, cuando se introdujo la imprenta en Santo Domingo. Desde luego, no hay pruebas que justifique la afirmación de Henry Stein de que hubo imprenta en Santo Domingo en el siglo XVII. Pues, esta postura ha llevado a autores como Julián Ramos a decir equivocadamente que, hubo imprenta en Santo Domingo para los años de 1600. La imprenta, tuvo que haber llegado necesariamente a Santo Domingo a mediados del siglo XVIII, hay datos, aunque imprecisos, de impresos que parecen haber sido hechos en Santo Domingo por estas fechas, como lo son: los Estatutos antes mencionados de la Universidad de Santo Tomás de Aquino (impreso antes de 1782 y después de 1754) y los varios ejemplares del testimonio de la escritura de la fundación del mayorazgo de la familia Dávila, a fin de que fueran legalizados, autorización judicial para imprimir que obtuvo en 1758, el Alférez Real don Antonio Dávila de Coca y Landeche.
El Comisario del Gobierno francés mencionado por Pedron en su Memoria descriptiva, es Andrés Josef Blocquerst de quien sabemos, fue la primera persona en dedicarse al negocio de la imprenta en Santo Domingo. Del taller de Blocquerst, proceden los tres impresos más antiguos que aún se conservan en este país:
1- La Novena, para implorar la protección de María Santísima por medio de su imagen de Altagracia…, escrita por un sacerdote nativo llamado Pedro Arán Morales y publicado en el año de 1800. La única copia de este documento se encontraba en los archivos del historiador José Gabriel García y hoy figura en las estanterías del pequeño museo del Archivo General de la Nación.
2- Los Estatutos de la Regia y Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino, reeditado –como ya dijimos– en 1801.
3- El proceso verbal de la toma de posesión de la parte española de la Isla de Santo Domingo. Impreso en el año de 1801, en francés. Es un convenio entre don Joaquín García y Toussaint Louverture.
La primera persona en dar a conocer estos detalles, fue el bibliógrafo cubano Carlos Manuel Trelles, quien afirmó en su libro Ensayo de bibliografía cubana de los siglos XVII y XVIII que, estos tres impresos son los más antiguos conocidos de la imprenta en Santo Domingo.
Fuentes:
1- Panorama histórico de la literatura dominicana de Max Henríquez Ureña.
2- La imprenta y los primeros periódicos de Santo Domingo de Emilio Rodríguez Demorizi.
3-Historia de la Imprenta en Guatemala de Víctor Miguel Díaz.
4-The History of the printing in America, with a biography of printers de Isaiah Thomas.
5- Manual de bibliografía general de Henry Stein.
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