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El verdadero amor platónico

Una mirada desde El Banquete de Platón
Por: César Canela 
[Artículo 1/7]

«Eres un enamorado: pide 
prestadas las alas de Cupido, 
y elévate con ellas por encima 
de lo común.» (Romeo y Julieta)[1]

Desde siempre nos hemos preguntado por el sentimiento más común y, a la vez, más extraño que existe entre los mortales: el amor. Este ha tenido muchas interpretaciones a lo largo de la historia de la humanidad y pudiéramos hacer una multiplicidad de interpretaciones, sin embargo, como la primera obra filosófica dedicada al amor fue escrita por Platón es importante que pongamos nuestra mirada en este texto. Antes de entrar en materia, es importante hacer un recorrido por el autor para contextualizar al lector sobre la relevancia su figura, además, para que pueda iluminarse sobre el tiempo en que el autor escribe el referido diálogo sobre el amor.

Platón (427-347 a. C.)[2] ha sido un filósofo muy prolífico en la escritura, sus obras son la referencia más importante para conocer la figura de su maestro Sócrates, quien es, casi siempre, el personaje principal de sus obras. Además de El Banquete, escribió una importante cantidad de textos en diálogos gracias a la influencia de la dialéctica socrática: Eutifrón o de la santidad, Apología a Sócrates, Critón o  Deber del ciudadano, Ion o De la poesía, Lisis o De la amistad, Cármides o De la sabiduría, Laques o Del valor, Protágoras o Los sofistas, Eutidemo o El disputador, Hipias mayor o ¿Qué es lo bello?, Gorgias o De la Retórica, Menéxenes o La oración fúnebre, Menón o De la virtud, Crátilo o De la propiedad de los nombres, Fedro o De la belleza, Fedón o Del alma, El banquete o Del amor, La república, Las leyes, Parménides o De las ideas, Teeteto o De la ciencia, Sofista o Del ser, El político o De la soberanía, Filebo o Del placer, Timeo o De la naturaleza, Critias o La Atlántida.[3]

Queda evidenciado, por la lista presentada que Platón fue un filósofo que abarcó una variedad de temas que atraviesan la ética, la política, la metafísica, la retórica, la verdad y la educación. Todo este contenido muestra que se pasó gran parte de su vida escribiendo, desde su juventud hasta la vejez. Si hacemos un recorrido por la obra de Platón, nos daremos cuenta que su visión fue cambiando durante el tiempo. Hago estas matizaciones porque es importante resaltar que El Banquete es un diálogo que fue escrito durante la madurez física e intelectual del autor,[4] lo que significa que las impresiones que aquí aparecen, a través de los personajes del diálogo, tuvieron un recorrido que amerita prestarle mucha atención.

La historia empieza cuando Apolodoro coincide con un amigo, quien le pide que le vuelva a contar lo que ocurrió en casa de Agatón con las siguientes palabras: «Ríndete sin más tardar a mi petición y repíteme los discursos que se pronunciaron en casa de Agatón»[5]Apolodoro accede, sin embargo, decide contarle la historia iniciando desde el principio, del mismo como Aristodemos se la transmitió. 

Todo empezó cuando el anfitrión de la casa –Agatón– decidió invitar a sus amigos: Fedro, Pausanias, Erixímaco, Aristófanes, Agatón, Alcibíades y Sócrates a un banquete para celebrar que había ganado un concurso literario en Atenas. Ellos se sintieron muy a gusto en la actividad, decidieron no cometer excesos en la comida y la bebida porque el día anterior habían tenido una fiesta en dónde comieron y bebieron hasta más allá de la saciedad. Erixímaco aprovecha la oportunidad y les propone a los presentes hablar sobre el Eros -el Amor-:

«—Empezaré por este verso de la Melanippe de Eurípides: “este discurso no es mío”, sino de Fedro. Porque Fedro me dice todos los días con una especie de indignación: “¿no es una cosa extraña, Erixímaco, que entre tantos poetas que han compuesto himnos y cánticos en honor de la mayoría de los dioses, no haya habido ni siquiera uno que haya hecho el elogio del Amor que es un dios tan grande? […] —Yo —continuó Erixímaco—, comparto la indignación de Fedro; quiero pagar, entonces, mi tributo al Amor y ganarme su benevolencia. […] Si les parece no buscamos más tema para nuestra conversación. Cada uno improvisará lo mejor que pueda un discurso en elogio del amor.» [6]

Luego de esas palabras, Erixímaco, propuso el orden para discursar y todos estuvieron de acuerdo. 

El primero en hablar fue Fedro, quien afirmó que el amor infunde un valor tan grande en el amante que le lleva incluso a dar la vida por el amado: «Únicamente los amantes son los que saben morir el uno por el otro»[7]El amor hace que los amantes perseveren en el Bien hasta el final convirtiéndoles en hombres y mujeres virtuosos que alcanzan la felicidad durante su vida y después de la muerte.[8]

Luego de la conclusión del discurso de Fedro continuó Pausanias, quien afirmó que el amor tiene dos naturalezas: una sensual y otra intelectiva. El amor sensual es aquel que ama sólo al cuerpo y a las apariencias y le verán desaparecer cuando el cuerpo envejezca, sin embargo, el amor de la inteligencia es aquel que prefiere al alma por encima de las apariencias, es el amor verdaderamente bello porque se ama obedeciendo a las leyes de la honorabilidad, apegado a las virtudes. 

Erixímaco habló inmediatamente después, aprobó la distinción que Pausanias hizo sobre los dos amores y se propuso completar afirmando que el amor no sólo reside en el alma de las personas, sino que también el amor está presente en el mundo sensible. Arguye que la naturaleza corporal tiene dos amores heterogéneos que se atraen entre sí, lo que significa que el amor es la armonía entre los contrarios. Además, argumenta que cuando el amor está orientado al bien, va fundado en la justicia y la templanza, nos lleva hacia la felicidad, dándonos como resultado una armonía tan valiosa que nos hace vivir en paz a todos, aunque nuestras naturalezas sean contrarias.  

Mientras que, por su parte, Aristófanes sostuvo que «hombres y mujeres, seremos felices si, gracias al amor, encontramos cada uno nuestra mitad»[9], esto significa que las personas están incompletas y, por eso, cada uno necesita su otra mitad para llegar a la unidad de su ser. Su vida consiste en una búsqueda constante de esa parte faltante que sólo podrá ser encontrada a través del amor. Por eso es importante que nadie se muestre hostil al amor, porque la hostilidad puede evitar que alcance la unidad deseada con el amado. Sólo en simpatía con el amor se puede encontrar el complemento deseado, la curación de las enfermedades y la felicidad. 

Cuando Aristófanes terminó, tomó la palabra Agatón, el anfitrión de la casa, quien afirmó que el amor es el principio que une a toda la sociedad, mantiene el vínculo de la amistad, sostiene al espíritu festivo, le da sentido a la música y es fundamento de la religión. Su residencia es el alma, es incompatible con la violencia, es el más tierno, delicado, sutil y hermoso; de él brotaron todos los bienes, es superior a los placeres y no se deja gobernar por las pasiones.

Después de Agatón, Sócrates toma la palabra y presenta su elogio al Amor: sostiene la idea de que el amor ama lo que es bello, el amor es amante de sabiduría porque la sabiduría es lo más bello que existe y que pudiera existir. Además, el amor, es el punto medio porque ocupa un lugar entre el sabio e ignorante. El amor sólo desea lo que es bueno y en ese deseo nos hace felices. 

Mientras Sócrates está todavía hablando, llega Alcibíades, quien sólo alcanza a escuchar parte de las palabras que dice el sabio ateniense. Cuando Sócrates termina, Alcibíades, es emplazado por Erixímaco quien le dice que debe hacer un elogio al amor porque es el tema que se está desarrollando en el banquete, sin embargo, Alcibíades dice que no puede discursar sobre ese tema porque está ebrio y sus palabras consisten en elogiar a Sócrates, resaltando que siempre le han impresionado extraordinariamente sus discursos. Se revive un conflicto entre Sócrates, Agatón y Alcibíades en dónde quedan manifestados los celos de amistad que entre ellos existía. Mientras ocurría esta situación, llegó una multitud de personas al tiempo que uno de los invitados se disponía salir y se produjo un tumulto tan grande que se vieron obligados a comer y beber. 

El banquete subió de tono, Erixímaco, Fedro y otros se marcharon mientras Aristodemos se quedó dormido hasta que despertó en la aurora por el canto de los gallos. Aristodemos notó que todavía quedaban despiertos Sócrates, Agatón y Aristófanes. Luego por el cansancio o la bebida –no está claro– se durmieron Aristófanes y Agatón. Posteriormente, al verlos dormidos Sócrates salió con Aristodemos, cumplió sus tareas diarias y regresó al final del día para descansar en su casa.

En El Banquete queda evidenciado el verdadero significado del amor platónico, un amor que es eterno, que no pasa, que es viejo sin perder su juventud, un amor que va en busca de su otra mitad, que es virtuoso, que no conoce la violencia y nos conduce a la felicidad. 

Con mucha razón, la gente dice que el amor platónico es el imposible porque sus atributos trascienden la realidad humana, son una idealización y resulta muy difícil que puedan ser practicados por algún mortal. Yo pienso que Platón, a través de este diálogo, nos indicó el camino que debe seguir el Amor y lo que nos toca a nosotros es hacer un esfuerzo para parecernos a él en alguna de sus características. Una cosa que no duda nadie es que el amor es uno de los sentimientos más bellos que pueda existir, sin embargo, requiere esfuerzos porque tenemos que atravesar por un camino de crecimiento personal para practicarlo de forma saludable. 

El amor platónico es una empresa imposible, sin embargo, creo que podríamos intentarlo.

Te invito a leer El Banquete de Platón.

¡Qué la filosofía te acompañe!

Con afecto, 
César Canela


Referencias bibliográficas.

[1] Palabras de Mercurio a Romeo, Escena IV, Acto Primero. Ver: Shakespeare, W. (1994). Tragedias: Hamlet, Macbeth, El Rey Lear, Ohtello, Romeo y Julieta, Julio César. (Traducción, introdución y notas: José María Valverde). RBA Coleccionables. Madrid. 344

[2] Cfr. Biografía: Platón. Webdianoia. Recuperado de https://www.webdianoia.com/platon/platon_bio.htm

[3] Cfr. Alvarez, E. (Dic. 15, 2021)Todo sobre Platón: vida, pensamiento filosófico y obra. Recuperado de https://culturawow.net/biografia-obras-pensamiento-filosofico-platon/

[4] Consultar el Estudio Preliminar de los Diálogos en esta edición: Platón (2020). Diálogos: Gorgias, Fedón, El Banquete, Fedro (traducción Celia Akram). Plutón Ediciones. Madrid.  PP. 3-6

[5] Platón (2020). Op. cit. P. 195 

[6] Ibid. P. 198-199

[7] Ibid.. P. 201

[8] Cfr. Ibid. P. 202

[9] Ibíd. P. 217

César Canela

Nacido en Bonao, a finales del siglo XX, siempre estudiante, profesor en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y en la Universidad Católica del Cibao (UCATECI). Actualmente, realizando el doctorado en Filosofía en la Universidad de Salamanca, España. Productor del Podcast Live Filosófico. Amante del saber, amante de la metafísica aristotélica, apasionado de la historia, amante del campo, estudioso de la filosofía especialmente de la hispánica, bibliófilo, cuasi músico e intento de poeta. Miembro de la Unión de Escritores de Monseñor Nouel, Inc; y de la Federación de Campesinos Hacia el Progreso, Inc.

Autor

  • César Canela

    Nacido en Bonao, a finales del siglo XX, siempre estudiante, profesor en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) y en la Universidad Católica del Cibao (UCATECI). Actualmente, realizando el doctorado en Filosofía en la Universidad de Salamanca, España. Productor del Podcast Live Filosófico. Amante del saber, amante de la metafísica aristotélica, apasionado de la historia, amante del campo, estudioso de la filosofía especialmente de la hispánica, bibliófilo, cuasi músico e intento de poeta. Miembro de la Unión de Escritores de Monseñor Nouel, Inc; y de la Federación de Campesinos Hacia el Progreso, Inc.».

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