Una ola de desdén, de crítica mordaz y dañina hacia todas las formas de arte actual, así como una ola de alabanzas sin más, lacaya y lambiscona hacia todo lo que comulga con nuestras ideologías e intereses, es, en definitiva, lo que he considerado el mayor daño a las artes actualmente.
Una nueva ola de crítica (con criterio) sincera, pragmática y motivacional es lo más necesario. Y qué es mejor que sustraer del atletismo de Jordan algunas inspiraciones para promover la nueva ola de estas críticas que generen criterios, motiven, enmienden, reparen y restituyan los corazones derrotados de muchos artistas que lo han dado todo, pero viven rodeados de mil fracasos, ya sea económico, agotamiento emocional, crisis creativas, falta de profundización en temas e ideas, necesidad de aprender técnicas, emprender proyectos desafiantes o simplemente lograr crear algo; crear como algunos de nuestros antepasados, paradigmas, tendencias y filosofías artísticas, así como obras maestras. O regulares, ¿por qué no?
También la nueva crítica debe de mirar con extrema sensibilidad y aprovechamiento el tema comercial, no solo el hecho de crear, también hay que vender. Hoy este tema es espinoso para algunos catedráticos y maestros de cualquier arte, porque nos hemos acostumbrado a que nos vendan tanta basura (y a comprarla), que creemos que la palabra comercio, es enemiga del buen arte. Incluso el arte comercial, es actualmente sinónimo de malas artes. Ese criterio hay que entenderlo y cambiarlo. Porque si algo debe de venderse en forma masiva son las obras maestras. Uno de los grandes ejemplos que yo siempre tomo, es la arquitectura monumental y las esculturas clásicas, hoy esas obras y gracias a esos autores ciertas ciudades viven del turismo sólidamente. El Vaticano, por ejemplo, con la basílica de San Pedro, las obras de Miguel Ángel, y los museos, no solo son decorados sacros del culto y la liturgia católica, también son atractivos turísticos de todas partes del mundo, a la parte que son paradigmas de las Bellas Artes y referentes universales que todavía hoy impresionan los corazones de millones. Pero a este tema del comercio y las artes le dedicaremos un artículo especial, porque se bate entre las técnicas del arte, el talento y la crudeza de la ley de la oferta y la demanda. Ese es otro tema.
Volvamos a la nueva ola. La crítica en primer término ha de ser total, a la obra, a la idea, al tema, su mensaje, a su modo de presentarse a sí misma. Sin menoscabar en el autor de dicha obra. Sea de cine, de escultura, literatura, del teatro o la pintura. No se trata de criticar personas, sino ideas, no se enfrenta a un individuo, se le enfrenta al AUTOR. Siempre a partir de la obra. Al autor, sobre todo al joven o en su primera revelación como artista habría siempre que motivarle. La motivación en la crítica de la nueva ola es un fin en sí mismo. No quiere decir que haya que pasar por alto los macaneos y devaneos de su obra. Todo lo contrario, ha de verse con ojos agudos para sacar el líquido seminal de lo que podría ser una obra maestra, sin decantar o demoler lo que lo detuvo a crear con maestría. La técnica de dicho arte y las ideas objetivadas en la obra han de ser el pilar de la crítica, así como el fin de motivar al autor a acrecentar y mejorar sus obras. De paso no solo al autor, también a la audiencia a que sea parte integral de la crítica, así como de la motivación.
La crítica debe de crear criterios. Criterios filosóficos valga la redundancia, porque no hay otra forma de razonar más hermosa que filosofar con presupuestos racionales. La estética es el simple adorno de la razón, la cual debe ser siempre parte de las obras, más no el centro de atención.
El que no es capaz de crear criterios filosóficos, cuyos fundamentos sean profundizados y demostrados en exposición como presupuestos, simplemente debe de asumir criterios pre establecidos por otros sistemas filosóficos que le sirvan de apoyo a su crítica. Tomando en cuenta que los criterios de otros sistemas, deben ser revaluados por el crítico, y explicar el porqué de tales criterios. Sean cuales sean, tales criterios deben de estar dirigidos a alentar al autor a que se supere, cree, trabaje, y entienda tales interpretaciones, más que un demoler, consiste en construir sobre lo demolido. Les traigo una anécdota, una vez el crítico y catedrático de literatura, José Carvajal me eliminó de su cuenta de Facebook, porque le hice una crítica mordaz a los criterios de su crítica (una crítica de su crítica). Constantemente le leí criticando como él mismo decía: "Como un chisme de patio". Se había ganado la fama de crítico duro, sin embargo, para mí, era solo un idiota que trataba a todos con desdén. Y si es posible, en algunos de mis libros haré un personaje donde le pateen el trasero.
La mejor de las críticas es la acertada, que va hacia la materia del asunto. No consiste en mirar la debilidad emocional o mental del autor; más bien, si se dirige a declarar lo que es y lo que no, de acuerdo a los criterios que ha establecido para su crítica, aquellas certezas no son dogmáticas, sino solo dentro de su estamento crítico (o cuerpo crítico). Es decir, desde los presupuestos desde donde es mirado el autor y su obra.
El humor, sin desdén y sin burla, es un pilar en la nueva ola crítica motivacional, pues se busca en todas las manifestaciones de las artes la recreación, el ocio que alimenta el espíritu, y que hace descansar el alma. La nueva ola crítica debe ir, a la par con el arte mismo. Se trata de ser parte del juego. No ser un detractor del juego. Se trata de vivirlo, entenderlo, exponerlo y disfrutarlo. Y que los demás lo disfruten junto con el autor. ¿Y qué mejor que el buen humor para alentar y ayudar a la audiencia o lector a meterse dentro del juego?
La crítica satírica hacia una obra, realmente no colabora con el autor, mucho menos si es joven. Pero al soberbio que merezca que le caiga. Aunque no la recomiendo. Al menos no siempre. Los criterios de una nueva ola crítica, necesarios, lo seguiremos profundizando, evaluando y exponiendo. Es hora de cambiar las cosas. ¿No estás harto de ser la mierda cantante de este mundo?
El autor ha de motivarse a que tome los desafíos de manera personal. Un autor, de cine o de teatro, de pintura o un coreógrafo, si es inteligente, jamás rechaza una crítica. Más bien lo desafían. Es hora de insertar, luego que insertas, le sacas el dedo como Jordan a Mutombo: "Conmigo no".
Hazlo bien, hazlo a lo Jordan.
-Enmanuel Peralta, el gusano.
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