En la región sur del país, existían y aún existen los llamados misioneros del Espíritu Santo y San Juan Bautista. Eran hombres y mujeres que desde niños se dedicaban a la misión dada por los misterios de cabeza para hacer el bien, defender la patria, alertar las comunidades ante la llegada de fenómenos atmosféricos y curar enfermedades con brebajes naturales (folkmedicina en Antropología).
Un misionero
Se llama misionero a aquella persona cuyo objetivo principal es el anuncio de la palabra, mediante obras, entre aquellos que no creen. Esa forma de misión propiamente tal es conocida como ad gentes, es decir, hacia las gentes, gentiles o no cristianos, y se desarrolla en lugares donde el evangelio no ha sido suficientemente anunciado o acogido, o en ambientes refractarios ubicados más allá de las propias fronteras donde se dificulta la prédica y aceptación del mensaje (Brown, Raymond E. 2002).
En la Historia del cristianismo, la idea de misión se aplica tanto a colectividades como a individuos e implica una forma de vocación, que se interpreta como un llamamiento positivo de Dios que "envía", para llevar un encargo o realizar un trabajo apostólico: la tarea de anunciar el evangelio, conforme al mandato final puesto en boca de Jesús de Nazaret en los Evangelios de Mateo y de Marcos.
La misión
La palabra "misión" se habría originado en la década de 1590, cuando la Compañía de Jesús (jesuitas) envió a algunos de sus miembros al extranjero, ya que la vocación de la orden era "servir a Cristo en misión universal". Concretamente, entre 1581 y 1592, salieron de Lisboa 54 jesuitas con rumbo a la India, para seguir los pasos de Francisco Javier. La palabra se popularizó a partir de la traducción latina del pasaje bíblico en el que Cristo envía a sus discípulos a predicar en su nombre, y condujo a la definición de las misiones como los asentamientos fundados en tal carácter (Gutiérrez Carreras, Pablo F. 2004).
La palabra "misión" tiene también el sentido de trabajo, tarea, quehacer o cometido. Esta acepción más general permite además la concepción de un cierto carácter misionero en las personas, ministerios e instituciones, independientemente de su origen o de su condición religiosa o laical. El término, usado en sentido estricto en el marco del cristianismo, se puede utilizar también en sentido laxo para referir a otros credos o ideologías.
Cultura oral
Son varias las informaciones que tengo vinculadas a esta práctica, que no tienen nada que ver con la misión eclesiástica propiamente dicha, sino es más vinculada a la Religiosidad Popular Dominicana.
En el hogar donde me creí con mis abuelos paternos, que eran sureños de la provincia San Juan, siempre se hablaba de estas cosas, sobre todo en las noches, y se hacía de forma muy frecuente. Lo que recuerdo con alegría y agradezco por tantos aprendizajes. En otros escritos, ya he establecido, que mi abuelo paterno fue toda su vida "Liborista" y "curandero", nacido en La Rancha del municipio del Cercado, provincia San Juan.
Leyendo sobre estos temas, me encontré con la foto del Misionero Peguero en la obra Expresiones Culturales del Sur, de Elpidio J. Ortega. Fue una alegría el encuentro de esta imagen con la información que ya tenía, conocida en mi hogar y recordada perfectamente.
Por lo que de inmediato me motivé a reconstruir la historia conocida, con el apoyo de la imagen de la obra, que solo tiene un párrafo de tres líneas, con la información de nombre, lugar y la función que hacia Peguero.
Como está historia contada y otras aprendidas con el tiempo, existen cantidades de personajes parecidos a este, al punto que, en la obra, Calendario Folklórico Dominicano de Dagoberto Tejeda, Iván Domínguez y José Castillo, dedican un tema a estos personajes, pero dentro de ellos no está Peguero. Por lo que mi interés en darlo a conocer o ponerlo en valor, visibilizando su vida, obra y legado.
Religiosidad Popular Dominicana
Entre la provincia de Azua y Baní, era conocido uno de los misioneros más importantes de la región, llamado Peguero, el defensor de la patria, predictor de ciclones, temblores de tierra, tiempos de secas y hasta de guerras mundiales.
La fama del misionero Peguero era tal, que se dice, fue visitado en varios momentos por políticos importantes del país, como el presidente Joaquín Balaguer, que se le conocía en el mundo de la Religiosidad Popular Dominicana, por ser un seguidor de esta práctica, aunque siempre lo manejó discreto. Al misionero también le visitaban ganaderos, hacendados, militares y terratenientes, buscando ayuda, apoyo y protección.
Este servidor, era un misionero itinerante, que vivió todo el tiempo viajando de un pueblo a otro, curando, haciendo el bien y dando consejos. Por eso fue muy respetado por sus conocidos y seguidores y a la vez temido.
Me contaron en casa, sobre el misionero, que nunca dejó sus ornamentas de trabajo y protección, que eran: la Paloma del Espíritu Santo, el cuadro del "Gran Poder de Dios", la imagen de San Juan Bautista, todos envueltos con lazos rojos, azules, blancos y verdes. Además, un macuto que contenía oraciones, hierbas y velas, y una cantina para la ofrenda.
Peguero, se caracterizó por hacer una señal en sus dedos cuando daba la bendición, con unas oraciones que solo él sabía y decía en tono muy bajo. Cómo este personaje de la Religiosidad Popular Dominicana, han existido y aún existen en el país. En la foto de arriba podemos ver esas características de las que hago mención.
Elpidio J. Ortega en la obra, "Expresiones Culturales del Sur", establece:
"Las creencias religiosas populares en República Dominicana abarcan todos los estratos de la sociedad, la clase baja, media y alta cree y visitas servidores, curanderos, rezadores, misioneros, adivinos y demás, fin el fin de mejorar sus vidas".
La cosmovisión y el ser dominicano, no importa si es del sur, del este, del norte o la capital, se identifica con su medio, con su identidad y tradiciones; y es desde ahí donde desarrolla su forma de vida, con sus creencias arraigadas, definidas e invariables, pero sincretizada y transculturizadas a través de los años (De Oleo R. Jonathan 2021).
A estas creencias se le llama Religiosidad Popular Dominicana (RPD). Donde el colectivo reza, profesa una religión, establece su forma de ver el mundo, su carácter, preparación, define su concepto de ver a Dios, los espíritus, antepasados, los hombres y a qué le teme. (Marty, Rolando 1979).
Una pasión
Escribir sobre estos temas, es una de mi pasión, cuando lo hago, me encuentro y me desencuentro con mi identidad, con mi historia, con la puesta en valor de lo que somos y no se nos enseña. Escribiendo, leyendo, contando y analizando sobre nuestras tradiciones y creencias, aprendo y desaprendo y la intención es, que los lectores también lo hagan. Espero que algún saber nuevo haya quedado en ustedes, luego de esta lectura folklórica.
Fuentes:
- Ortega, Elpidio J. Expresiones Culturales del Sur. Academia de Ciencias. Editora Corripio. Santo Domingo. 2000.
- De Nolasco, Flerida. Vibraciones del tiempo. Santo Domingo. 1974.
- De Oleo Ramos. Jonathan. Celebración del Espíritu Santo en la Religiosidad Popular Dominicana: tres miradas y una sola fe. Revista Polo del Conocimiento. Editora Casa del Polo. Ecuador. 2021.
- Deive, Carlos E. Vodú y Magia en Santo Domingo. Editora Alfa y Omega. Santo Domingo. 1979.
- Derriex, Albert. Brujería en el siglo XX. Vodú, Tabú.
- Gutiérrez Carreras, Pablo F. Cuando todos se van, Ellos se quedan. Misioneros en zonas de conflicto. Encuentro Ediciones. Madrid. 2004.
- Brown, Raymond E. Introducción al Nuevo Testamento. II. Cartas y otros escritos. Editorial Trotta. Madrid. 2002.
- Tejeda, Dagoberto. Domínguez, Iván, Castillo Méndez, José. Calendario Folklórico Dominicano. Grupo León Jiménez. Editora Santo Domingo. 2000.
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