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Serie: Leyendas del Folklore Dominicano: “El Guanguá” (3/20) 

Introducción

¡No estaba muerto, estaba de parranda!

Con esta frase, inicio esta tercera entrega de Leyendas Dominicanas y la intención del dicho, es por la razón, de que me había ausentado por unos días de los lectores de este espacio. Se me hizo imposible escribir y por consiguiente publicar como he venido haciendo los sábados en esta serie. Pasaron de ocho las personas que me preguntaron, si no seguiría escribiendo sobre el tema, eso lo agradezco con el corazón y me obliga a seguir con la propuesta. Para los que nos dedicamos al quehacer cultural en el país se nos complica la situación con algunas fechas como estas, con el carnaval, el folklore, la cuaresma y demás, como se dice ahora: “nos ponemos full de trabajo”. Pero he regresado, prometo seguir con las leyendas y cada sábado las tendrán, hasta completar los veintes. 

Reitero, como los trabajos anteriores, que estos saberes que vamos tratando, van perdiendo vigencia en el tiempo, pero nosotros lo traemos y lo ponemos en valor en estos tiempos, con una intensión muy puntual para que le llegue al público que no conoce nada sobre esto.

Significado

El termino Guanguá o Guangá, en voz conga “uangá”, significa brujería o hechizo”, así lo establece Fernando Ortiz en su obra “Glosario de afronegrismos” publicado en el año 1924.

La voz que se coloca en el título es un haitianismo de uso muy difundido en la República Dominicana; sobre todo entre los pobladores de zonas aledañas a la frontera entre este país y Haití. En las zonas urbanas tienen conocimiento del vocablo las personas que conocen o practican el vudú (Guzmán, Roberto, 2013).        

De una manera breve puede definirse el vudú como un culto animista que representa una mezcla de religiones africanas y cristianas. Con esta práctica se pretende que puede influirse en una persona o producirle en una persona o producir mal.

En República Dominicana una gran población practica el Vudú, sobre todo las comunidades de los bateyes, los dominicanos haitianos y en zonas fronterizas. Otros que no la practican reconocen la existencia de las prácticas del vudú y las evitan con recelo o aprensión.

Hablar de guanguá en el país, es referirse a leyendas, mitos, creencias y tradiciones, envueltas en misticismos pueblerinos y campesinos, que manejaban muy bien nuestros abuelos y antepasados.

La práctica ha estado presente en la historia

El hechizo que esta ocasión llamamos guanguá, precede a las creencias mágicas del Neolítico, a veces de manera abierta y otras veces de forma clandestina. Era común en sociedades paganas, constituyéndose en actos oficiales de masas promovidos por las autoridades; una actividad que está bien documentada en numerosas fuentes históricas e incluso sobrevive aún en algunas zonas, como las de religión vuduista o chamánica originarias (Conjuros, 2014).

Debido a los numerosos registros escritos del antiguo Egipto que se conservan, existen ejemplos completos de hechizos de esta época. En particular, el proceso de embalsamiento y enterramiento, involucraba el uso de numerosos hechizos, que se conservan en el Libro de los Muertos.

Desde la Edad Media, el hechizo fue comúnmente perseguido bajo la acusación de brujería, sobre todo en las naciones que tenían al Cristianismo por religión de Estado. Aun así, de esa época se conservan los encantamientos de Merseburg.

Hoy en día su práctica se considera jurídicamente bajo el amparo de la libertad de creencias protegida como derecho fundamental por la mayor parte de legislaciones democráticas, si bien ello no impide que se persigan las estafas de importancia cometidas por supuestos "brujos" o "brujas" basándose en la credulidad o deseo de creer de muchas personas.

Estudio del termino

Como investigador, entiendo que, por esa razón, es que ha sido incorporado el termino en los libros y diccionarios de dominicanismos, como lo han hecho investigadores y académicos del fuste de: Demorizi, Flerida de Nolasco, Carlos Esteban Deives, Aquiles Castros, Alejandro Paulino, Carlos Andújar, Dagoberto Tejeda, Roberto Guzmán, estoy seguro que hay más, pero estos fueron los consulte para organizar este trabajo y sellarlo de calidad investigativa.

El lingüista Roberto Guzmán haciendo referencia a la terminología y su variante en un trabajo publicado sobre el tema establece:

“La representación gráfica de la voz haitiana puede variar de acuerdo con quien la registre. Los dominicanos la reproducen escrita de la manera en que figura en el título. Los haitianos y algunos dominicanos avisados la representan así: wanga, ouanga. Estos dos modos son los aceptados en las esferas de los entendidos en Haití. La forma diferente de escribirla de los dominicanos le otorga mayor autenticidad de uso dominicano.

La explicación que puede ofrecerse para la diferencia entre la grafía dominicana y la haitiana es que en español no existe un vocablo castizo que comience por ua-; de allí que los dominicanos quizás por asimilación con otros términos del español dominicano hayan colocado la letra /g/ delante de la voz haitiana tal y como se presenta en el español guagua. Ese fenómeno se produce entre el quechua wáwawáwua, niño, que pasó al español de los Andes como guagua.

En el año 1983, Emilio Rodríguez Demorizi, en su obra “Del vocabulario dominicano”. considera, que guangá era un haitianismo que correspondía al español: brujería. Mientras, que consultando la obra: “Diccionario de dominicanismos” de Carlos E. Deive, trae la referencia de la grafía de origen haitiano y la traduce por “maleficio”, esto es tan evidente que, en otro trabajo consultado, se cita la obra del historiador Deives, para hacer referencia de la palabra.

Guanguá y Vudú

Los dominicanos utilizan el vocablo sobre todo en frases hechas, “echarle un guangá” para significar que alguien lanza contra otra persona algo, con el fin de provocarle daño. Nunca he escuchado el termino para algo beneficioso para alguien.

Debemos establecer que el termino es sumamente utilizado en la cultura haitiana, de hecho, estuve una plática sobre el tema con el señor que nos colabora en el edificio de mi casa, que es haitiano y hasta me dijo que, en su familia en un pueblo de Haití, lo han practicado, me explicó y trascribió en su idioma algunos términos o nombres que también se usan para referirse al término, por ejemplo: malfezan, makakri, magrigri y tentennad.

En la obra “Calendario Folklórico Dominicano”, Tejeda, Dagoberto, Domínguez, Iván y Castillo Méndez, José, incluyen dentro de las leyendas y tradiciones del pueblo, esta práctica y plantean que es:

“Un paquete que prepara el brujo con una serie de sustancias y rituales un martes o un viernes y deberá ser colocado en un lugar donde la victima pueda pisarlo o golpearlo al pasar cerca de él”.

“Establecen los autores: el guanguá debe ser retirado con la mano izquierda, mientras se hace la señal de la cruz con la mano derecha o barrerlo con una escoba después de hacer también la señal de la cruz”.

Una práctica que va perdiendo vigencia

Desde niño he escuchado sobre esta práctica, que en el país siempre han existido personas que se valen de ella, así como aun en estos tiempos muchos que conocen de la misma temen ser víctima de que le ocasionen daños vía el hechizo.

En los barrios de Santo Domingo y en otras ciudades y pueblos del país, hay personas a quienes se les respeta por su conocida afición a la brujería dañina. Y hasta se mencionan personas que enloquecieron o sufrieron situaciones y enfermedades por haber pisado “un mal”, como también se les llama.

Comentando sobre el tema con un señor que debe llegar casi a los noventa años, me manifestó lo siguiente:

Los guanguás no necesariamente tienen que ser enviados a esa persona que se le quiere hacer el mal a su domicilio, también son enterrados en montes, cementerios o en los patios de las casas donde están los altares de los que los preparan.

A los guanguás enviados a las cercanías de las casas de quien se le quiere hacer el daño también se les llama enviaciones. Cada trabajo de estos se le encomienda a un santo católico asumido o sincretizado en la religiosidad popular de la isla, que le llaman lúa, ser, misterio o metreza, pero la mayoría de ellos se hacen bajo la invocación de San Elías, que, en la religiosidad popular, es el Barón del Cementerio, en la creencia se entiende que es la tumba del primero que entierran en un cementerio, y se le denomina “La Cruz Mayor”.

Colofón

Como practica social y claro, que también cumple una función social, a los hechizos y o guanguá, se le ha cantado, se le ha escrito, se ha llevado al teatro y al cine. Se recrean fabulas, se recuerdan leyendas y se reescribe como lo estamos haciendo ahora.

El mejor de los ejemplos son las letras de esta canción que les comparto vinculada al tema y como esta canción encontré una cantidad que hablan desde diferentes puntos de vistas sobre los hechizos que aquí le estamos llamando guanguás.

Casi un hechizoJerry Rivera

Mi amor, una vez más soñé contigo
Y, la verdad, que necesito decirte

Mira mis manos, tiemblan así por ti
Sé que tiemblas por mí
Siento el encanto de una noche entre tus brazos
Ven y dame, al fin, de tu amor
De tu corazón
Que ya es hora de ser feliz

Mira mis ojos, brillan así por ti
Te deseo a morir
Mira la gente, mira la gran ciudad
Se detienen por ti y por mí
Si nos ven besar, sonriendo dirán
"¡Qué par de locos!"

Darme un beso así es ir al paraíso
Es casi un hechizo
Darme un beso así, me llena de calma
Me llega hasta el alma

Mira mis labios, acércate un poco más
De manera casual
Muerde un suspiro, aprovecha mi descuido, ven
Bésame sin dudar, sin hablar
Dame más calor, lléname de tu amor
Te necesito

Darme un beso así es ir al paraíso
Es casi un hechizo
Darme un beso así, me llena de calma
Me llega hasta el alma, nubla mi mente

Que me llegue hasta el alma y me haga perder la calma
(Dame un beso así)
Que lo que esconden tus labios quiero descubrir

Llévame hasta el paraíso
(Dame un beso así)
Porque yo quiero ser parte de tu dulce hechizo

Oye, tu boca en mi boca quisiera tener
(Dame un beso así)
Mira que brillan mis ojos y te deseo mujer

Bésame ahora mismo, que hable la gente
(Dame un beso así)
Si estamos locos de amor, que comenten

Necesito de tu amor, lléname de tu calor
(Dame un beso así)
Que no exista la duda de que este amor es una locura

Acércate, niña linda, que yo te quiero sentir
(Dame un beso así)
Y si notas que yo tiemblo, estoy temblando por ti

Dame agua de tu fuente que estoy sediento de ti
(Dame un beso así)
No me hagas desfallecer, dame um beso, please

Compositores: Pablo Manavello / Ricardo Montaner

Fuentes:

https://academia.org.do/2013/11/06/guangua-referido-costo-efectivo-falla-insuficiencia-2/.

Guzmán, Roberto https://acento.com.do/opinion/guanga-1411496.html Roberto Guzmán 2013.

https://www.calameo.com/read/004239511a360a27349de.

Deive, Carlos E. Diccionario de Dominicanismo. Editora Manatí, Santo Domingo 2002.

Paulino, Alejandro. Castro, Aquiles. Diccionario de Cultura y Folklore Dominicano. ABC Editorial. Santo Domingo 2005.

Tejeda, Dagoberto. Domínguez, Iván, Castillo Méndez, José. Calendario Folklórico Dominicano. Series Grupo León Jiménez. Editora Santo Domingo. 2000.

Labourt, José, Sana, Sana,  Culito de Rana. Editora Taller. 1979. Santo Domingo.

Conjuros (2014). «Hechicería egipcia». Archivado desde el original el 29 de diciembre de 2014. Consultado el 30 de enero 2023.

Jonathan De Oleo Ramos

Dominicano, estudiante de la Maestría Conducente a Doctorando en Educación con Orientación a la Investigación, Docencia y Liderazgo. Master en Neurocoching Educativo, Neuropsicología Infantil e Innovación Social. Especialidad en Didáctica de las Ciencias Sociales y Ciencias de la Complejidad, Postgrado en Políticas Culturales, Arte y Folklore Dominicano y Estudios Afrolatinoamericanos. Con formación en Supervisión, Didáctica, Gestión y Planificación Educativa, Enfoque por Competencias, Desarrollo Directivo y Organizacional, Gestión Pública, Gerencia de Proyectos, Pedagogía Sistémica, Derechos Humanos, Etnografía e Investigación Social. Profesor, Periodista, Gestor Cultural, Investigador, Folclórico y Cultural. Analista, Articulista y Escritor. Conferencista y Facilitador en eventos académicas y culturales, con temáticas vinculadas a su línea de investigación antroplogica. Ha recibido reconocimientos de instituciones su país y el exterior, por su experiencia, aportes, dedicación, formación y trabajos destacados.

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